viernes, 15 de agosto de 2008

Sor Agnes de Blannbekin

Ahhh, como me gustaría llegar a tener experiencias místicas. Visiones de Vírgenes anunciadoras del fin del imperio ruso o del fin del mundo, comuniones místicas, o, que fantástico seria poder sentir en mi cuerpo las llagas del hijo de Dios participando de los sufrimientos divinos. Ser estigmatizado como María de Oignes (Beata), Pío de Pieltrecina (S.C.), Teresa Neuman (laica Terciaria) o Catalina de Siena (Santa).

Santa Catalina de Siena, me recuerda ahora el nombre de Sor Agnes de Blannbekin (M. Capuchina), que en el siglo XVIII tuvo sus accesos místicos, a Sor Agnes, se le aparecía el Santo Prepucio materializado en su boca y apenas la pía hermana lo había tragado, no sin antes deleitarse con su sabor de una dulzura superlativa se le materializaba otro. Un día, comulgando, pensó ¿Donde estará ahora el Santo Prepucio? Y milagro, lo sintió de nuevo en su lengua. El dulzor del Santo Prepucio se sentía en todo su cuerpo, embriagandola en un éxtasis divino.

Creo importante para la consecución de mi ansiada fe, trabajar sin descanso y con fervor para restaurar la advocación al Santo prepucio, tomando como guiá “De Praeputio Domini Nostri Jesu Christi Diatriba”, del teólogo y erudito católico griego Leo Allatius (1586-1669)

Se que la Iglesia, al hablar del Santo Prepucio, me considerara tolerable y a la vez despreciable y que la a Santa Sede se reserva el derecho a excomulgarme si lo hago de modo escandaloso o aberrante. (Decreto 37-A de 3 de diciembre de 1900 - Sacra Congregación para la Doctrina de la Fe ) pero no puedo evitarlo en mi búsqueda.

Para acabar, permitirme aconsejar un libro:
Agnes Blannbekin, Viennese Beguine: Life and Revelations de Ulrike Wiethaus

1 comentario:

Anónimo dijo...

Consejo recibido.
Comparto su esperanza en la restauración del culto.

Quede usted con D.